Col·legi de Metges de Barcelona, en colaboración con un grupo de trece expertos, ha presentado un documento en el que se recomienda posponer el primer teléfono móvil hasta los 16 años, con el objetivo de proteger a los menores de los efectos adversos derivados del uso excesivo de las tecnologías digitales. El informe, que ha sido elaborado tras un estudio sobre el impacto de los móviles en la salud de los jóvenes, incluye propuestas para las administraciones públicas, operadores de telecomunicaciones y familias.
Entre las recomendaciones, se sugiere la implementación de filtros en las conexiones Wi-Fi destinadas a menores, así como el establecimiento de «alertadores fiables» en escuelas y centros de salud para detectar posibles riesgos, como el acoso en línea. El documento señala que la infancia y adolescencia son etapas críticas para el desarrollo cerebral y que el uso intensivo de dispositivos móviles puede interferir en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
La doctora Rosa Calvo, psiquiatra y miembro del grupo de trabajo, destaca que el uso temprano de móviles reduce el tiempo de interacciones de calidad, necesarias para el desarrollo infantil. Además, el grupo respalda la prohibición de los móviles en escuelas y sugiere espacios libres de tecnología en horarios específicos, como los momentos de comida y estudio.
Los expertos también instan a las operadoras a facilitar servicios que bloqueen el acceso a contenidos inapropiados para menores, responsabilizando a los gigantes tecnológicos en la protección de los usuarios jóvenes. Este enfoque busca distribuir la responsabilidad entre las familias y las empresas tecnológicas para asegurar un entorno digital más seguro para los menores.
Fuente: Barcelonadot