¿Cómo comenzar a educar a los menores en un uso responsable de la inteligencia artificial, que al mismo tiempo potencie su creatividad y capacidad de aprendizaje?
Este fue el tema central del webinar que impartí con el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado y Fundación Fad Juventud hace unos días, dirigido a familias.
La eclosión de la inteligencia artificial generativa ha abierto nuevos retos para un uso responsable de la tecnología entre los menores: en los últimos meses han saltado las alarmas con los casos de creación de imágenes inapropiadas (desnudos) entre escolares, deepfakes con el propósito de estafar o difundir falsedades, imágenes generadas con IA que reproducen sesgos de género (ese CEO o doctor que solo puede ser hombre).
En el webinar insistimos sobre la necesidad de (¿por qué no?) hablar de pornografía con nuestros hijos e hijas, y cuidar su salud emocional, enseñarles cómo identificar imágenes falsas y cuestionar los sesgos.
Y sobre todo, explicarles cómo funcionan los sistemas de IA, la necesidad de contrastar y verificar fuentes (ChatGPT también se equivoca) y acompañarles en el uso de herramientas de IA para comparar resultados (¿por qué ChatGPT me arroja una respuesta diferente a Perflexity AI?) y desarrollar el pensamiento crítico.
Pero hace falta ir un paso más allá: tenemos la oportunidad de enseñar a los menores a dar un uso positivo y creativo de la IA generativa. Con herramientas de creación de imágenes como Midjourney, Dalle, Canva, Leonardo o Copilot les podemos proponer crear personajes fantásticos, ilustrar su propios cuentos, recrear pasajes literarios, experimentar con estilos artísticos y explorar su emociones.
Con la IA generativa para producir música de Soundraw o Ecrett Music pueden aprender a generar bandas sonoras, explorar géneros musicales y desarrollar la expresión musical.
Y ChatGPT no solo les sirve resumir las lecturas obligatorias o que les resuelva ejercicios sin tener que pensar: a través de la simulación de personajes históricos podemos animarles a explorar su vida y acciones, y la revisión ortográfica de textos les ayuda a mejorar la gramática. Son solo algunos ejemplos.
Autora: María Lázaro Ávila en LinkedIn