El declive del uso de redes sociales por parte de las pymes: ¿Desencanto o transformación?
En los últimos años, el panorama digital de las pequeñas y medianas empresas (pymes) ha experimentado cambios significativos. Una de las tendencias más llamativas es la disminución en el uso de redes sociales como herramienta empresarial, según lo destaca el Informe de Digitalización de las Pymes 2024, publicado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi). Este fenómeno plantea preguntas importantes sobre las razones detrás de esta caída y sus implicaciones para el futuro digital de las pymes en España.
¿Qué está ocurriendo?
En 2021, las redes sociales alcanzaron su pico de adopción por parte de las empresas, impulsadas por las necesidades que trajo consigo la pandemia de COVID-19. Durante ese período, muchas empresas vieron en las plataformas sociales una manera de mantenerse conectadas con sus clientes y de explorar nuevas oportunidades de negocio en un contexto de restricciones físicas. Sin embargo, para 2023, solo el 35,5% de las empresas en España seguía utilizando estas plataformas, una caída considerable que afecta especialmente a las microempresas con 0 a 2 empleados (30,8%) y a las pequeñas empresas con 10 a 49 empleados (59,7%). Esta disminución resalta una desconexión entre las expectativas iniciales y los resultados obtenidos.
Factores detrás del declive
La caída en el uso de redes sociales no es un fenómeno aislado; más bien, es el resultado de una combinación de factores que han transformado el entorno digital y las prioridades de las pymes:
- Resultados limitados en ventas: Aunque las redes sociales son herramientas valiosas para construir marca y relación con los clientes, muchas pymes reportan frustración debido a la falta de conversión directa entre su actividad en redes sociales y el aumento de ingresos. Esto genera dudas sobre la efectividad de la inversión en tiempo y recursos.
- Cambios en algoritmos: Las plataformas sociales han priorizado el contenido de pago, lo que ha reducido significativamente el alcance orgánico. Este cambio obliga a las empresas a destinar presupuestos significativos para obtener resultados visibles, algo que muchas pymes no pueden permitirse.
- Saturación de contenido: La competencia en redes es feroz, con un flujo constante de información que dificulta captar la atención del público sin estrategias sofisticadas o diferenciadoras.
- Falta de estrategias claras: Muchas pymes carecen de conocimientos o recursos para desarrollar planes concretos que justifiquen su presencia en redes sociales. Esto lleva a esfuerzos dispersos y a una percepción de baja rentabilidad.
- Cambio en las prioridades digitales: Con el avance de otras tecnologías digitales, como la inteligencia artificial, el cloud computing y la analítica de datos, algunas pymes han comenzado a redirigir sus recursos hacia herramientas que ofrecen un impacto más tangible en su operación.

Impacto por segmentos empresariales
Según el informe, la disminución en el uso de redes sociales afecta de manera desigual a las empresas según su tamaño. Las microempresas son las más afectadas, debido a su menor capacidad para invertir en estrategias digitales o en publicidad de pago. Por otro lado, las grandes empresas han mantenido e incluso incrementado su presencia en redes sociales, alcanzando un 92,8% de uso en 2023. Esto sugiere que las redes sociales siguen siendo relevantes para aquellos que cuentan con los recursos necesarios para maximizar su potencial.
¿Un cambio estructural o un retroceso temporal?
El descenso en el uso de redes sociales podría interpretarse como un desencanto temporal debido a expectativas no cumplidas. Sin embargo, también podría ser señal de una transformación en las prioridades digitales de las empresas. El informe señala que la digitalización ya no se limita a la presencia en redes sociales, sino que abarca la adopción de tecnologías como el cloud computing, la inteligencia artificial y el comercio electrónico. Por ejemplo, en 2023, el 31,7% de las pymes y grandes empresas ya utilizaban servicios de computación en la nube, lo que refleja un cambio hacia soluciones más sofisticadas y orientadas a la eficiencia operativa.
El papel de la formación y las políticas públicas
Para revertir esta tendencia, es fundamental que las pymes cuenten con apoyo en términos de formación y acceso a recursos digitales. La agenda España Digital y las metas de la Década Digital Europea son pasos en la dirección correcta. Estas iniciativas buscan que al menos el 90% de las pymes alcancen un nivel básico de intensidad digital para 2030, y que el 25% de sus ventas provengan del comercio electrónico para 2025.
Además, es crucial promover estrategias personalizadas que consideren las necesidades específicas de cada segmento empresarial. Esto incluye desde talleres de capacitación en redes sociales hasta el acceso a herramientas de analítica de datos e inteligencia artificial que permitan a las pymes medir mejor sus resultados y tomar decisiones informadas.
Conclusión
Aunque el uso de redes sociales ha disminuido, esto no necesariamente implica su irrelevancia. Las empresas deben adaptar su enfoque y combinar estrategias tradicionales con innovaciones tecnológicas para seguir siendo competitivas. Las redes sociales siguen siendo una herramienta poderosa para conectar con los clientes y construir una marca, pero requieren estrategias claras, recursos adecuados y un entendimiento profundo del entorno digital para aportar valor real a las pymes.
El desafío está en equilibrar la inversión en redes sociales con la exploración de nuevas formas de digitalización que puedan ofrecer un mayor impacto. En última instancia, el éxito dependerá de la capacidad de las pymes para innovar, adaptarse y aprovechar las oportunidades que ofrece la transformación digital.
¿Tu empresa sigue apostando por las redes sociales o está explorando nuevas formas de digitalización? Comparte tu opinión y reflexionemos juntos sobre el futuro de la transformación digital.